"¿Qué se pide a una nación, a una época, a la Humanidad al completo cuando se le debe mostrar respeto y admiración? Se le exige que la educación, la sabiduría y la virtud que estén bajo su gobierno estén tan extendidas y sean tan fuertes como sea posible, que aumenten de tal forma sus valores internos que el concepto de humanidad alcance un contenido elevado y respetado". Wilhelm Von Humboldt
Wilhelm von Humboldt pertenece –junto con su hermano Alexander, dos años menor que él– a una generación que sobrevivió al derrumbamiento del Estado absoluto a raíz de la Revolución Francesa y que configuró la construcción de una nueva Europa. La educación de los dos hermanos se desarrolló inmersa por entero en el espíritu de Rousseau y del filantropismo; hicieron suyas durante su juventud las ideas de la Ilustración, vivieron luego los años del Sturm und Drang, se adhirieron al círculo poético de Weimar, y gozaron de la amistad de Schiller y de Goethe. Mientras Alexander recorría el mundo y, mediante sus investigaciones, encaminaba por nuevos derroteros las ciencias naturales, Wilhelm sentaba las bases para el desarrollo de las ciencias del pensamiento moderno.
Wilhelm von Humboldt militó en las filas de los reformadores que, tras la ocupación napoleónica, tuvieron en sus manos el destino de los estados prusianos. La reforma de la Administración aparece vinculada a los nombres de Stein y Hardenberg, y la del Ejército a los de Scharnhorst y Gneisenau; a Wilhelm von Humboldt le correspondía sentar las bases de unas nuevas directrices educativas en Prusia. Aunque su permanencia en las altas esferas ministeriales duró solamente 16 meses, su labor durante ese periodo imprimió un impulso a la política educativa del país que ha perdurado incluso hasta nuestros días, y su concepción de una teoría educativa moderna experimenta en los últimos tiempos un auge creciente.