"Obra de modo que merezcas a tu propio juicio y a juicio de los demás la eternidad, que te hagas insustituible, que no merezcas morir". Miguel de Unamuno
Departiré de un escritor-filósofo considerado como el máximo representante de la “Generación del 98”, Miguel de Unamuno y Jugo. Imaginemos a don Miguel con las perneras del pantalón abombadas por las rodillas, y su chaleco de lana hasta el cuello, haciéndolo así, lo estaremos viendo como realmente parecía.
Miguel nació el 29 de septiembre de 1864 en la calle Ronda de Bilbao. Al acabar sus estudios primarios en el Colegio San Nicolás, pasó al Instituto bilbaíno donde viviría la experiencia del asedio de la ciudad durante la Tercera Guerra Carlista. Sin embargo, fueron, quizás, los momentos más felices de su mocedad: se pasaba el día jugando y tras los bombardeos, entraba en las iglesias semidestruidas para juguetear entre sus naves. Sobre todas estas peripecias, confeccionaría años después su primera novela “Paz en la Guerra”; pero todavía no es el momento de hablar de su obra…
En septiembre de 1880 se matricula en la Universidad de Madrid para estudiar Filosofía y Letras. Al cumplir diecinueve años, finaliza sus estudios con la calificación de sobresaliente. En 1888 oposita a la cátedra de Lengua Griega en la Universidad de Salamanca que obtiene en primera instancia. En 1901 sería elegido rector de dicha Universidad. Toda su vida fue crítico de los distintos regímenes políticos en los que vivió, y, como consecuencia de su oposición a la dictadura de Primo de Rivera, fue desterrado a Fuerteventura; de allí logró escapar y se exilió voluntariamente a Hendaya (Francia). Tras la caída del dictador, vuelve triunfalmente a España y fue diputado durante la II República. Siempre fue rebelde, y no encontró nunca la paz atormentado por dudas religiosas y existenciales, su vida tuvo una gran actividad intelectual de incesante lucha con su propio ser.