lunes, 9 de septiembre de 2013

LA CORA (PARA NO ENTENDIDOS)

Así, a primera vista, parece el nombre de una cupletista de principios del siglo veinte, o de un nuevo virus de la gripe que amenaza con amargarnos el próximo invierno. Pero… nada más lejos de la realidad. CORA es el acrónimo de la Comisión -diseñada por la Vicepresidenta del Gobierno- para elaborar el informe de la Reforma de las Administraciones Públicas y, por extensión, del documento presentado en sociedad a finales del pasado junio. Más de dos mil folios y doscientas recomendaciones que, tras la adaptación de las leyes oportunas, pueden convertirse en eficaces medidas a aplicar.

Entre los invitados al “evento”, figuran, los miembros de las siete subcomisiones encargadas de los distintos apartados objeto de estudio, y de su Consejo Asesor, en el que han estado representados: el Defensor del Pueblo; las organizaciones empresariales y de empleados públicos: el Consejo de Consumidores y Usuarios, la Asociación de Trabajadores Autónomos, el Instituto de Empresa Familiar, el Consejo Superior de Cámaras de Comercio y la Asociación Española de Empresas de Consultoría, además se ha contado con un buzón de participación ciudadana abierto para la ocasión, para que el pueblo llano participara, de algún modo, con sus ocurrencias, sugerencias y aportes varios.

Con el concurso de todos ellos se ha elaborado un informe que parte de la experiencia y conocimientos de la Administración y la Función Pública en los últimos 35 años, en los que no cabe duda de que se ha se ha dado un salto positivo el cual, en muchas materias, constituye un modelo a imitar para otros países. No obstante, Los miembros de la CORA y cuantos en la sombra han dedicado cientos de horas a desmenuzar carencias, duplicidades, despilfarro, ineficacia y obsolescencia de nuestras Administraciones Públicas, a través de un maratoniano esfuerzo y una exhaustiva revisión de organismos, -listados interminables; comprobación de datos; operaciones aritméticas; comparativas con otros entes públicos del entorno europeo; y revisión en profundidad de la legislación actual-, han  sabido reconocer errores y han puesto en pie una tormenta de ideas,  que presentan como “la radiografía más minuciosa y reformista de nuestro sector público en décadas”, y no andan descaminados.