José Ortega y Gasset
La silla... Máxima aspiración de la mediocridad política; fin que para algunos impresentables justifica todos los medios; trono del que jamás será rey; atalaya del ego; cumbre del narcisismo; reposo del raposo; montura del matón; solio del indeseable; albarda del bastardo...
Todo por la silla; nada sin la silla; nadie sin la silla; ¡viva la poltrona! Sólo la silla es y nadie es sin la silla: refugio de buenos para nada, vocingleros, correveidiles, palafreneros y mamporreros.
La silla, el escaño... el butacón del Palau y el de La Moncloa, que en este mes de enero todos persiguen como si les diera la vida en ello, en las rebajas de quien se arrastra sin poder caer más bajo: para algunos, el infierno de Dante queda ya muy arriba. La ética también está de saldo.