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miércoles, 30 de agosto de 2017

DE RESPONSABILIDAD, CÓDIGOS ÉTICOS Y VEHÍCULOS AUTÓNOMOS

"Es un hecho que el ejercicio de la libertad de escoger conlleva la posibilidad de equivocarse, la posibilidad de una elección poco razonable o insensata. La falla no está en el intercambio, sino en la imperfección de la naturaleza humana. Y el remedio hemos de buscarlo en la responsabilidad, es decir en la libertad, que es la fuente de toda experiencia". Frédéric Bastiat


Parece que los vehículos autónomos serán una realidad en nuestras ciudades y carreteras antes que después. Independientemente de que ello conlleve algunas notables ventajas, creo que la alternativa plantea dudas importantes, sobre todo en lo que se refiere a las consideraciones éticas implícitas y a aquellas relacionadas con la libertad y la privacidad de las personas. Por otro lado confieso que me gusta conducir y seguramente ello también contribuye a mis reticencias, pero sobre todo no tengo claro que sea algo positivo la tendencia a ir dejando en manos de los ordenadores todas aquellas actividades cotidianas que implican responsabilidad y toma de decisiones, incluso aunque pudiera llegar a disminuirse el número de accidentes, lo cuál todavía esta por ver.

El Ser Humano necesita aprender a tomar decisiones y a ser responsable y como todo aprendizaje, éste requiere de la práctica e incluso que en algún caso podamos cometer algún error, pues de ellos a veces se obtienen las mejores y mayores lecciones. Si las máquinas terminan por asumir la mayoría de aquellas actividades cotidianas que necesariamente implican elección y responsabilidad, las personas estarán perdiendo una importante oportunidad de aprender a comportarse de forma responsable en la Vida. Junto a ello dejaremos de ejercitar otras importantes virtudes como la prudencia, el autocontrol, la paciencia, el respeto y prestar atención a lo que hacemos, que son los que a su vez dan como resultado la consideración hacia todas aquellas otras personas que nos rodean y comparten calles y carreteras con nosotros. 

jueves, 28 de mayo de 2015

DEMOCRACIA: LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD

"La nota clave de la democracia como forma de vida puede ser expresada, a mi modo de ver, como la necesidad de la participación de todo ser humano adulto en la formación de los valores que regulan la vida de los hombres, tanto desde el punto de vista del bienestar social de todos como del completo desarrollo de los seres humanos como individuos". John Dewey

"El egoísmo que genera el sistema hace que los gobernantes antepongan su éxito personal a su responsabilidad social". Erich Fromm

"No puedes escapar de la responsabilidad de mañana evadiéndola hoy". Abraham Lincoln


El ejercicio de la DEMOCRACIA implica una importante RESPONSABILIDAD compartida, tanto en lo que se refiere a quienes ejercen el liderazgo desde los órganos de gobierno y las administraciones públicas, como en lo que respecta a los dirigentes de los partidos políticos y sin olvidar a los propios votantes, que son quienes en definitiva eligen a dichos líderes y les invisten del poder necesario para gobernar.

El hecho de que el liderazgo se llegue desempeñar cometiendo errores, de manera negligente o entre casos de corrupción, no justifica que se pueda votar CUALQUIER propuesta política con tal de menoscabar o desalojar al adversario.

Y es que votar una determinada opción política desde el rencor, el odio, la intención de revancha, el sectarismo, contra algo o contra alguien, es una IRRESPONSABILIDAD tan grande como ignorar las posibles consecuencias que ello puede acarrear y que detrás de algunas de esas alternativas hay ideologías absolutamente contrarias a los valores más elementales de cualquier sociedad democrática... con frecuencia incluso contrarias a los propios valores de quienes, de manera tan insensata, han votado esas opciones.

jueves, 19 de junio de 2014

FELIPE VI: EL DISCURSO DEL REY











"Hoy, más que nunca, los ciudadanos demandan con toda la razón que los principios morales y éticos inspiren -y la ejemplaridad presida- nuestra vida pública. Y el Rey, a la cabeza del Estado, tiene que ser no sólo un referente sino también un servidor de esa justa y legítima exigencia de todos los ciudadanos".  Felipe de Borbón


Reconozco que hoy me he emocionado escuchando un gran discurso, propio de un Rey, de un verdadero Rey.

En medio del sectarismo que trata de dividir a los españoles, del sonido bronco de egoísmos e intereses particulares antepuestos al bien común, la mediocridad imperante en la clase política y el papanatismo que anega a una buena parte de nuestra sociedad, destaca un mensaje cargado de compromiso, responsabilidad y sentido del deber.

Un mensaje pronunciado desde la emotividad y la convicción, en donde la promesa no se centra en palabras vacías o alardes de imaginación con vocación electoralista, sino en la firme voluntad de llegar a hacerse merecedor de la confianza de los españoles y poder desempeñar la Jefatura del Estado con honor y dignidad.

Muchos de quienes defienden la república como modelo de estado deberían empezar por emitir mensajes en positivo, integradores, alejados de la lucha de clases y con la mirada puesta en el futuro y no con el odio alimentado por el pasado. Discursos como el que hemos podido escuchar hoy no sólo alientan a la esperanza ante el nuevo reinado y engrandecen el modelo de monarquía parlamentaria, sino que envilecen todavía más la habitual exhibición de exabruptos, guillotinas, hoces, martillos, estrellas o banderas republicanas, todos ellos símbolos directamente relacionados con la falta de democracia, la confrontación social, la privación de libertades y los atentados contra los derechos humanos más elementales, perpetrados por algunos de los regímenes más sangrientos que ha conocido la humanidad.

Por encima de errores cometidos por la monarquía en el pasado, convicciones políticas y preferencias de modelos de estado, e incluso de la testaruda realidad que marcan los últimos 40 años de nuestra historia, en donde la libertad y la prosperidad han sido protagonistas, hoy he podido escuchar un mensaje inspirado en el bien común, cargado de sensibilidad y en el que han cabido todos los españoles. Y mientras eso siga siendo así, difícilmente podré dejar de decir

¡VIVA ESPAÑA!
¡VIVA EL REY!

Por Alberto de Zunzunegui

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MENSAJE DE SU MAJESTAD EL REY EN SU PROCLAMACIÓN ANTE LAS CORTES GENERALES
Madrid, 19 de junio de 2014

Comparezco hoy ante Las Cortes Generales para pronunciar el juramento previsto en nuestra Constitución y ser proclamado Rey de España. Cumplido ese deber constitucional, quiero expresar el reconocimiento y el respeto de la Corona a estas Cámaras, depositarias de la soberanía nacional. Y permítanme que me dirija a sus señorías y desde aquí, en un día como hoy, al conjunto de los españoles.

Inicio mi reinado con una profunda emoción por el honor que supone asumir la Corona, consciente de la responsabilidad que comporta y con la mayor esperanza en el futuro de España.

Una nación forjada a lo largo de siglos de Historia por el trabajo compartido de millones de personas de todos los lugares de nuestro territorio y sin cuya participación no puede entenderse el curso de la Humanidad.

Una gran nación, Señorías, en la que creo, a la que quiero y a la que admiro; y a cuyo destino me he sentido unido toda mi vida, como Príncipe Heredero y -hoy ya- como Rey de España.

lunes, 21 de abril de 2014

ADOLFO SUÁREZ: EL HOMENAJE

"Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero".
Santa Teresa de Jesús

No creo que haya muchos españoles que, sin pertenecer al círculo personal del Presidente Suárez, hayan sentido más profundamente el calvario de dolores que comenzó a ser su vida, y la de los seres a los que amaba y le amaban, hace once años. Recé entre la esperanza y la rabiosa impotencia; lloré su presencia ausente a lo largo de todo el tiempo transcurrido; intenté seguir su ejemplo de honestidad y esfuerzo extremo allá donde mi actividad política me fue llevando, una vez extinguido nuestro proyecto, mientras echaba de menos aquella sonrisa conciliadora con la que limaba asperezas, aliviaba rencores y aunaba voluntades, haciendo parecer sencillo, lo que luego se ha demostrado que no sólo era difícil sino, hasta el momento,  imposible de repetir.

Cuando pensaba en la fatalidad de que, después de haber cumplido espléndidamente su tarea de reinventar la paz para esta España nuestra, se retirara del mundanal ruido anhelando recuperar su vida privada, hubiera disfrutado, conscientemente,  tan pocos años de su hermosa familia, herida ya del rayo; de la tranquilidad por la que empeñó sus noches y sus días; y de tantos años de progreso y recuperación que por él vivimos. Me consolaba recrear el amoroso cuidado con el que era atendido por los suyos y los innumerables momentos de amargura que la enfermedad le iba evitando, y no me causaba la menor extrañeza cuando oía decir a alguno de sus allegados que el Presidente recibía contento las frecuentes muestras de cariño que recibía en su día a día, y pasaba los meses y los años tranquilo, sereno y ausentemente feliz.

miércoles, 9 de octubre de 2013

SANCIONES, IMPUESTOS Y EL USO PERVERSO DE LA LEY

"Su madre tenía una especie de nobleza sólo por el hecho de regirse por normas privadas. Los sentimientos de ella eran realmente suyos y no los que el estado le mandaba tener". George Orwell, "1984"

De unos años a esta parte, nuestra sociedad ha degenerado en un sistema de extracción intensiva, en donde las diferentes administraciones se dedican a exprimir sin compasión los bolsillos de los ciudadanos. Unas administraciones ineficientes, mayoritariamente hipertrofiadas, en ocasiones duplicadas y generalmente mal gestionadas, a consecuencia de haber puesto muchas de ellas en manos de personas irresponsables, indignas y en no pocos casos también corruptas.

Y es que en realidad, el principal objeto de todo ese desmesurado afán recaudatorio no es otro que el de disimular, tapar, reparar y mantener los continuos despropósitos en los que incurren quienes las dirigen, a la vez que ello les permite conservar un puesto de trabajo que pocas veces merecen, para el que normalmente no están capacitados y por el que frecuentemente perciben una remuneración económica excesiva e improcedente.

Para llevar a cabo la extracción y conservar el tinglado que tienen montado, no sólo ya no se conforman con haber elevado las tasas impositivas hasta niveles insostenibles para la mayoría de los ciudadanos, sino que, siendo ello insuficiente para sufragar sus despropósitos, se dedican a promover un sistema de extracción paralelo o complementario, en base al incremento irracional y desmesurado de las sanciones administrativas.

domingo, 19 de mayo de 2013

MOHANDAS KARAMCHAND GANDHI

"En la actualidad la gente sólo se preocupa por sus derechos. Recordarle que también tiene deberes y responsabilidades es un acto de valor que no corresponde exclusivamente a los políticos". 
Mahatma Gandhi

MOHANDAS KARAMCHAND GANDHI (1869-1948)

El rechazo del sistema de educación colonial, que la administración británica había establecido a comienzos del siglo XIX en la India, fue una importante característica del fermento intelectual creado por la lucha de liberación. Muchas personalidades indias, entre las que se contaban dirigentes políticos, reformadores sociales y literatos, dieron expresión a ese rechazo. Pero nadie rechazó la educación colonial de modo tan radical y absoluto como Gandhi, ni nadie propuso una alternativa tan extrema como la suya. La crítica de la educación colonial por parte de Gandhi se inserta en su crítica global de la civilización occidental. La colonización, incluido su programa educativo, era para Gandhi la negación de la verdad y de la no violencia, los dos valores para él supremos. El hecho de que los hombres de Occidente hubieran derrochado “toda su energía, su industria y su ingenio en saquear y destruir a otras razas” era prueba suficiente para Gandhi de que la civilización occidental era “un caos lamentable” (2). Por consiguiente, para él no era posible que esa civilización fuera un símbolo del “progreso”, ni nada digno de imitación y transplante en la India.

Sería erróneo interpretar la reacción de Gandhi a la educación colonial como un sentimiento de xenofobia. Igualmente erróneo sería verla como un síntoma de un sutil dogma “revivalista”. Si fuera posible leer el plan de “educación básica” de Gandhi como un texto anónimo de la historia de la educación en el mundo, habría que clasificarlo en la tradición de los humanistas progresistas de Occidente como Pestalozzi, Owen, Tolstoy y Dewey. Ello no nos permite considerarlo en el contexto de la dicotomía civilizadora de Oriente-Occidente de que Gandhi habló en algunos de sus escritos. Y sin embargo, subsiste el hecho de que Gandhi quería que la educación, reinterpretada con arreglo a los criterios que estimaba correctos, ayudase a la India a apartarse del concepto occidental del progreso, hacia una forma distinta de desarrollo a su juicio más adecuada a sus necesidades y más viable -para todo el mundo- que el modelo occidental de desarrollo.

domingo, 12 de mayo de 2013

EL LIDERAZGO: ¿CÓMO SER UN BUEN LÍDER?

"Allí donde el mando es codiciado y disputado no puede haber buen gobierno ni reinará la concordia". Platón

Pocas épocas tan necesitadas de buenos líderes como esta en la que actualmente vivimos, agitada por una grave crisis y sacudida por acuciantes problemas de todo orden. Pero pocas también tan ayunas de liderazgo auténtico, tan escasas de dirigentes como Dios manda. No se puede decir precisamente que los buenos líderes, los auténticos dirigentes, abunden en nuestros días, aunque haya tantos que aspiren a ser tal cosa o pretendan ser jefes carismáticos. Poco propicios parecen los tiempos que corren para la figura ejemplar, noble, ética, heroica, del conductor de hombres.

Hoy día todo el mundo quiere ser jefe de algo, detentar alguna parcela de poder, liderar lo que sea, como sea y para lo que sea; sobre todo, claro está, para enriquecerse, presumir y sentirse importante, en una palabra, para satisfacer su ego. Hasta el último mono se cree un líder nato, facultado para asumir un cargo directivo, conducir masas, ponerse al frente de un partido político, dirigir grandes empresas o montar una revolución. Pocos son, sin embargo, los que se plantean en serio si reúnen las condiciones para desempeñar el duro y difícil oficio de líder, y menos aún los que están dispuestos a imponerse la disciplina requerida para la conquista de las cualidades exigidas para ello. Cualquiera se cree legitimado para dirigir, sin más requisitos que su apetencia y deseo de hacerlo. Todos quieren ser líderes, pero nadie está dispuesto a hacer el esfuerzo que la función de liderazgo requiere.

Una constatación se impone con palmaria evidencia: las pretensiones al liderazgo proliferan justo en proporción inversa a las dotes para dirigir, a las virtudes que cualifican para el mando. Cuanto menos capacitado está uno para mandar o dirigir, con mayor vehemencia proclama su derecho a hacerlo; cuanto más indigno se muestra un individuo de ocupar un puesto dirigente, más se obstina en conseguirlo o en mantenerse en él. Es la ambición de poder lo que motiva ese frenesí por mandar; pero, de hecho, y esta es otra constatación cotidiana, a medida que el afán de poder aumenta en alguien, disminuye su capacidad de liderazgo.

Pero, a todo esto, ¿qué se necesita para ser un buen líder?, ¿cuándo se puede decir que nos encontramos ante un liderazgo bien ejercido o ante un individuo que responde al modelo del líder nato, del dirigente perfecto?