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viernes, 25 de noviembre de 2016

DE LA NAVIDAD Y LA OCLOCRACIA











“Cuanto más democrática se vuelve una democracia, más tiende a ser gobernada por la plebe, degenerando en oclocracia”. Aristóteles

OCLOCRACIA
1. f. Gobierno de la muchedumbre o de la plebe.

Si; se llama OCLOCRACIA y llevamos años incubándola y propagándola. Sus síntomas más comunes son papanatismo, ignorancia, sectarismo, envidia, odio y exacerbación de la estupidez humana.

jueves, 24 de marzo de 2016

DE ATENTADOS Y VALORES (Je suis Bruxelles)



"Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor". San Agustín

Una vez más todos somos víctimas del odio injustificado, de la sinrazón, de la violencia; del fanatismo religioso. La necedad del ser humano también estaba presente en los recientes atentados de Bruselas y junto a ella la indiferencia y la desidia ante los problemas ajenos, que en realidad también son los propios, aunque a veces nos lo tengan que recordar nuestros muertos y heridos.

La sociedad del bienestar lleva años con la mirada extraviada en el ombligo del superhombre y difundiendo la idea de que el estado moderno debe garantizar -sin paliativos- nuestra seguridad y proveernos de todo aquello que podamos necesitar, mientras se tiende a ignorar que vivir en sociedad implica responsabilidades y que tener derechos implica obligaciones recíprocas. Olvidando que la RESPONSABILIDAD es el precio ineludible que todo ser humano debe asumir por el mero hecho de vivir.

Y una de las primeras obligaciones de todo ciudadano europeo y occidental es la de defender aquello que ha costado la sangre de millones de vidas que nos precedieron y siglos de evolución moral, hasta poder construir una sociedad en donde la LIBERTAD, la DIGNIDAD y la JUSTICIA fueran los valores de referencia. Porque a pesar de sus imperfecciones, de nuestros defectos, del cinismo de algunos, de lo mucho que todavía queda por hacer para dotar de sentido pleno a esas palabras, o incluso de la necesidad de una RENOVACIÓN del modelo social actual y del propio ser humano a nivel individual, lo cierto es que en ningún otro lugar del planeta se protege más la vida y los derechos de las personas, ni existe un mayor nivel de solidaridad y conciencia universal, que en las sociedades inspiradas por la cultura occidental.

viernes, 29 de marzo de 2013

¡VOCABOR FRANCISCUS!

Había pasado más de una hora lluviosa desde que el humo blanco anunciara la buena nueva. La Plaza de San Pedro era un hervidero de paraguas multicolores bajo los que aguardaban los rostros esperanzados de cientos de seres humanos que alzaban los ojos, impacientes por ver abrirse las puertas del balcón por el que haría su aparición el nuevo Obispo de Roma y Guía espiritual de la Iglesia Católica.

Curiosamente todos los rostros parecían contentos a pesar de desconocer quién iba a calzar, a partir de ahora, las sandalias del Pescador. En verdad pensé, ésta no es una elección al uso. La mayoría de los presentes habría sido bautizada, pero muchos de ellos a duras penas cumplirían con los Mandamientos de la Iglesia. Escasamente un puñado de los presentes conseguiría algún beneficio material fuera quien fuese el elegido; nadie de entre ellos habría podido votar a su candidato favorito; ninguno era conocedor de su programa de actuaciones; no habían visto su rostro repetido hasta la saciedad en los medios de comunicación ni habían escuchado sus promesas, y ni tan siquiera conocían a sus adversarios, si es que los tenía; no contaban por tanto con el menor dato orientativo que justificara su permanencia allí en medio de aquel gentío en esa tarde de perros, ni mucho menos era fácil de entender que todos ellos compartieran esa sensación de paz interior, de alegría compartida, de ilusión colegiada que se mascaba… pero allí estaban.

lunes, 11 de marzo de 2013

TODAVÍA EXISTEN SOFISTAS

Herodes Atticus (101 - 177 d.C.)
El sofismo, dice que ninguna actuación puede ser considerada "buena ni "mala" en sí misma. Que todo depende de la "opinión" (dóxa) de los sujetos. Es moralmente bueno lo que a ellos les parece moralmente bueno, mas sólo durante el tiempo en que se lo parece. Y no existe –dicen- ninguna conducta que pueda ser considerada en sí mima censurable. Los primeros que ejercieron la profesión de sofistas, se limitaban a las letras y las ciencias humanas, pero dejaron al margen la religión. Se abstuvieron de disputar sobre cosas en que cualquier decisión pudiera conmover a la gente común del pueblo.                                                                

La palabra sophistes significaba maestro en sabiduría. Y como tales se presentaban, simulaban saber, de todo: astronomía, geometría, aritmética, música, pintura… Pero no buscaban la verdad, sino mostrar su apariencia de saber porque esta apariencia, les revestía de cierta autoridad. Enseñaban el “areté” para quedar a la altura de las circunstancias políticas de su época. La palabra areté, traducida generalmente como virtud, no tenía entonces las connotaciones morales que la virtud tiene ahora. “Areté” era "lo que es propio de". Y eso era el dominio de las palabras para ser capaces de persuadir a otros. De "Poder convertir en fuertes los argumentos más débiles", diría Protágoras que decía también que con las palabras se puede “tanto envenenar como embelesar”.

jueves, 14 de febrero de 2013

DE CRISTIANOS; LIBERALES Y EDUCACIÓN

John Locke (1632 - 1704)
"Educar a un niño no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía". John Ruskin

En las últimas semanas, a raíz de la presentación del Anteproyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa, ha vuelto a abrirse la caja de los truenos, y las voces en pro y en contra, no sé si con la suficiente y debida información, han empuñado pancartas y altavoces, únicas armas que deben esgrimir en democracia los manifestantes, por todo lo ancho y largo de España, teniendo una especial incidencia en parte de nuestras Comunidades a las que afecta de algún modo la regulación absurdamente problemática, de la cooficialidad de lenguas. Mantengo la esperanza de que todos los implicados lleguen con conocimiento de causa y sin mentiras veladas, a acuerdos beneficiosos para las partes pero, sobre todo, permanezco en mis trece en el sentido de que de poco servirá todo el complejo entramado que conforma el proceso educativo si, entre todos los agentes, no se consigue implicar, entusiasmar y yo diría que atrapar al único protagonista de excepción: el educando, hasta conseguir que la sed de aprendizaje se incardine en su vida de tal manera que, tras haber pasado por todas las etapas establecidas para su formación pedagógica, esté convencido de que siempre es menos lo que sabe que lo que ignora, y, por tanto, deberá ocuparse y preocuparse por seguir aprendiendo mientras le quede un aliento de vida. Y eso se puede aplicar en cualquiera de las etapas vitales del ser humano, incluida, por supuesto la edad adulta. Quiero romper una lanza por la educación de y para mayores, que está cumpliendo una extraordinaria función en este nuevo siglo, ante la celeridad de los múltiples cambios económicos, sociales y tecnológicos que se van produciendo sin solución de continuidad. Ahora, más que nunca, necesitamos una permanente puesta al día para poder estar a la altura de aquellos a quienes pretendemos enseñar.

domingo, 16 de diciembre de 2012

AROMAS DE MISTERIO

En las ciudades milenarias siempre hay recintos amurallados en los que el polvo del camino, la suciedad, el descuido y la pobreza,  se convierten en coprotagonistas involuntarios del recuerdo. Aquí en Oriente Medio sucede algo parecido pero suavizado, porque los tejidos gastados y descoloridos de las chilabas y yihabs árabes se mezclan con el arco iris de los mil y un artículos de sus apretados comercios que, en interminables hileras van ofreciendo, junto al brillo dorado, plateado y cobrizo de un sin fin de emblemas religiosos o cachivaches laicos de dudosa utilidad, sus tejidos bordados, recamados, orlados y adornados en un millar de tonalidades llamativas y alegres, entre aromas de azafrán, anís, menta, cilantro comino o incienso que, desde los recovecos insospechados de angostas calles, despiertan nuestros sentidos y envuelven nuestro laberíntico deambular mañanero. Las sonrisas de los niños judíos, musulmanes o cristianos, todos ellos cuidados, protegidos y uniformados, a los que se respeta y quiere por encima de todo, viajan a estas horas tempranas a nuestro lado. Son cientos de ojos, en su mayoría de un negro profundo, que nos miran curiosos cuando, muy de mañana de camino a la escuela, se encuentran con nosotros. Sé que en este viaje no podré detenerme a charlar con ellos, ni con nadie y eso me duele porque los paisajes siempre son mudos e inexpresivos cuando no hay contacto verbal con sus gentes y la perspectiva queda incompleta, cuando no distorsionada.

Y para ellos ¿qué soy yo para ellos? Tan solo una mirada más entre todas las miradas de las gentes que acuden a su tierra, porque muchos de estos pequeños todavía ignoran que para millones de seres humanos su raíz y su fin no tienen más norte ni guía que estas piedras pulidas por el tiempo y teñidas con la sangre de todas las así llamadas civilizaciones que fueron construyendo y destruyendo poblaciones; arrasando y edificando preciosas y preciadas obras de arte; matando y engendrando seres humanos; levantando y derrumbando símbolos, confirmando o renegando de creencias y doctrinas; luchando, en fin, con las armas menos adecuadas, las de la guerra, por preservar la fe que defendían, cada uno en nombre del que para ellos era el único dios. Estos sufridos parajes reciben desde hace milenios el nombre de Tierra Santa y por ellos caminaron, hace ya una eternidad, David en nombre de Yahvé, Mohamed profeta de Alá, y Jesucristo quien, para los cristianos, fue y es la encarnación del Hijo de Dios. 

domingo, 2 de diciembre de 2012

CHARLES LAVIGERIE Y SU CAMPAÑA CONTRA LA ESCLAVITUD

Conferencia de Justo Lacunza impartida el día 27 de noviembre de 2012, en la FUNDACIÓN CARLOS DE AMBERES. Título completo: “Recordando el 125 Aniversario de la Campaña contra la Esclavitud del Cardenal Charles Lavigerie en Europa: Proyección de un gran evento en la historia de Europa y África”.

Introducción

La celebración de unas efemérides, un cumpleaños o un aniversario evoca tres sentimientos principales. El primero, es la memoria del hecho o evento cuyo recuerdo se celebra, se aplaude y se conmemora. El segundo sentimiento es la visión del contexto y de las circunstancias que motivaron tal acontecimiento u evento. El tercero es la mirada al horizonte para analizar a las consecuencias que nacen y brotan, se intuyen y vislumbran después de que tal hecho histórico tuviera lugar. 

El hilo conductor

Esos tres faros principales (recuerdo, contexto y consecuencias) nos van a servir de hilo conductor en las palabras y reflexiones personales que les quiero dirigir esta tarde. Sea dicho de paso, esos tres eslabones de mi cadena de transmisión tienen que ver con el tiempo. Yo les agradezco vivamente el hecho, para mí de gran significado, de que me ofrezcan su tiempo, lo mejor que uno tiene, y que hayan venido a escucharme con motivo del 125 Aniversario de la Campaña contra la Esclavitud del Cardenal Carlos Lavigerie. Su inquebrantable defensa de la dignidad de los africanos y su apasionada campaña contra la esclavitud, y en favor de la libertad, hicieron de él una de las figuras más carismáticas e influyentes en la historia de su época. Fue un puente seguro y eficaz de comunicación entre África y Europa, una arena fecunda de ideas y pensamiento, lenguas y culturas, un espacio libre y acogedor de diálogo a nivel político, social y religioso en el tiempo que le toco vivir.

sábado, 4 de febrero de 2012

TRES MAGOS EN SU CATEDRAL


No sé cuanto tiempo había pasado desde mi llegada. Tenía la sensación de haber estado ya antes en esta ciudad bulliciosa y alegre, plagada de vías rápidas por donde circulaban cientos de vehículos, y abarrotada de  gentes de cualquier edad y condición que entraban y salían de los comercios para hacer las últimas compras, a punto de acabar la Navidad. ¿Había estado antes aquí?

Después de un largo paseo por la orilla del río, bordeada de construcciones pequeñas y, por qué no decirlo, algo empalagosas, llegué al casco antiguo. Me adentré en el silencio de sus calles peatonales y fui acercándome a la Catedral, que, desde su montículo, acompañaba mis pasos, desde que saliera de la Estación Central.

Sus dos torres, que un día fueran las más altas del mundo, empequeñecían cuando te aproximabas, mientras que el conjunto imponente de su estructura te dejaba boquiabierto borrando de un plumazo toda capacidad descriptiva. Ahí estaba ella imponente y mágica, mientras que minúscula, impotente y pasmada a sus pies, estaba yo. Rodeando a pasos cortos y casi en su totalidad tan espléndida belleza, me preguntaba, como siempre que contemplaba una catedral gótica, de qué manera habrían podido levantar esta estructura y qué es lo que habrían sentido todos aquellos que, desde el principio de los tiempos, tuvieron algo que ver con su construcción; todos los cientos de hombres que, durante más de seiscientos años, dejaron lo mejor de su saber y de su esfuerzo en este prodigio de piedra bordada y de exquisitas vidrieras por las que se filtraban miles de arco iris de ilusión. Pero sólo disponía de una de las guías al uso en la que decía que su primer promotor había sido Conrado de Hostän, sin dar muchos más datos y, a su vez, afirmaba que el arzobispo que había encargado su construcción  había muerto apenas comenzadas las obras. Me hubiera gustado saber más de ellos, ponerles cara. Bueno, realmente lo que me habría gustado es hablar con alguno, fuera el que fuese, y aunque sólo hubiera sido una vez. Y, ya puestos, ¿por qué no tener una parrafada con Santa Elena, y preguntarle si alguien le había contado que las reliquias de los Magos, que con tanto amor protegiera, habían hallado cobijo, tras su peregrinar por Constantinopla y Milán, en este lujoso e imponente templo de la cristiandad?

martes, 17 de enero de 2012

JUAN XXIII: OBEDIENTIA ET PAX

"El único reposo que un obispo debe pedir a Dios, y merecerse, es el del paraíso". Radini Tedeschi


Yo era muy joven cuando Juan XXIII accedió al Papado, y guardaba en el Misal la estampa de la figura mayestática y adusta de Pío XII. Siempre me había llamado la atención la negrura de sus ojos acrecentada por la blancura de la vestimenta papal y porque aquella imagen  me provocaba la misma sensación de veneración y temor que sentía cuando estaba en presencia de mi abuela brasileña, una espléndida mujer, de pelo blanquísimo, porte esbelto y exquisitos modales, a la que sólo oí hablar en alemán y portugués hasta su muerte, y que pervive en mi recuerdo con la misma calidez que pudiera transmitir un témpano de hielo. Seguramente fui injusta entonces tanto con uno como con la otra, pero por más que lo intentaron tirios y troyanos en el corazón de una niña no se manda y nunca sentí más allá de veneración por Pio XII y/o respeto, por ambos dos.

Así las cosas, cuando tras la fumata blanca que anunció al nuevo Papa,  pude ver en el ABC, las imágenes del Pontífice bergamasco, me dio un vuelco el corazón. La sonrisa de aquel Papa, redondito y amigable me hizo sentir bien conmigo misma, y la empatía surgió espontáneamente. Nadie la tuvo que forzar.

Ha pasado casi una vida desde aquello  pero puedo revivir aquella sensación como si fuera hoy y, con el paso de los años, he ido aprendiendo que aquella primera impresión fue acertada aunque muy pobre, y que la grandeza de Juan XXIII  no podría quedar tan sólo, aunque sea mucho, en su sonrisa, su cercanía y su apelativo de “Il Papa buono”.

martes, 3 de enero de 2012

PRESENCIA ESPAÑOLA Y CRISTIANISMO EN EL NORTE DE ÁFRICA - II

Justiniano I El Grande (483 - 565)
En el artículo anterior veíamos cómo la presencia española y del cristianismo en el Norte de África precedieron a los árabes y al islamismo en casi siete siglos. Y hoy me voy a ocupar, más bien, del desarrollo que los cristianos experimentaron durante tan dilatado período en la zona. Y, en tal sentido, cuando Ceuta, con Tánger y sus territorios, pasaron al dominio de los godos, no hubo en ella más culto que el católico. La ley de Recaredo, en orden a la unidad católica, aun bajo el punto de vista político y civil, fue siempre una norma inviolable, y aplicada con más o menos rigor hasta D. Rodrigo en toda la monarquía visigoda; donde quiera que se dieran casos de idolatría, eran perseguidos. Y se regía entonces la provincia Tingitana por el Obispo de Asidonia (actual Medina Sidonia),  que con posterioridad fue trasladada la sede episcopal a Cádiz.

Dice San Pedro Pascual, Obispo de Jaén, capítulo VII, que en el siglo VIII había 22 Obispos en la Tingitana, y que el rey Witiza tenía en ella un señorío. La Tingitana y la Cesariense estaban separadas física y políticamente por el río Muluya, pero en el orden eclesiástico formaban una sola provincia.  En el siglo I ya hubo cristianos tanto en Ceuta como en Tánger y también en toda la provincia Tingitana o España Transfretada. Los vándalos estuvieron luego desde el año 428 hasta el 533, unos 105 años. El imperio romano-bizantino permaneció en Ceuta desde el año 533 hasta el 630, algo menos de 100 años. Y, finalmente, los godos, desde el 630 hasta el 711. Y durante todas esas épocas y civilizaciones, el cristianismo estuvo presente en Ceuta, Tánger y Norte de África, unas veces con mayor intensidad y otras con menos. Y donde ya se borró toda presencia cristiana en dichos territorios fue con la llegada, dominio y afianzamiento de los árabes en dicha zona.

jueves, 15 de diciembre de 2011

PRESENCIA ESPAÑOLA Y CRISTIANISMO EN EL NORTE DE AFRICA - I

Mauritania Tingitania
A falta de argumentos sólidos en los que apoyarse en sus pretensiones anexionistas de Marruecos sobre Ceuta y Melilla –que tanto jurídica como históricamente no tiene ni uno solo, según tengo acreditado en mi libro “Pasado y presente de Ceuta” y en otros estudios publicados– de forma recurrente y siempre que por algún motivo el país vecino desea llamar la atención o bien para tapar algunos de los problemas interiores o para que se les tape la boca a su gobierno con nuevas subvenciones, suele esgrimir el argumento de que ambas ciudades, antes de que fueran ocupadas por Portugal y España, respectivamente, ya habían pertenecido a Marruecos, a cuya población alega que se les desplazó de su propio territorio sustituyendo la población magrebí por los nuevos ocupantes portugueses y españoles. De hecho, siempre que al vecino país le interesa remover la cuestión territorial de Ceuta y Melilla, se refiere a dichas ciudades despectivamente, dándoles la denominación de  “presidios” y “territorios marroquíes ocupados”. Y ese argumento no sólo no es cierto, sino que, además, se vuelve contra el propio país vecino, por los motivos que en adelante expondré.

Centrándome sólo en la ciudad de Ceuta, con anterioridad a la llegada de los árabes al Norte de África, concretamente el año 42 de la Era Cristiana, el Imperio Romano creó la provincia española llamada Tingitania, o Hispania Transfretana, que fue adscrita por Roma a la entonces diócesis de Hispania. Es decir, en la época de los romanos, dicha provincia africana ya perteneció a España tanto civil como administrativamente, e integraba entonces los territorios que se hallan situados en el extremo occidental de la costa africana del mar Mediterráneo, que se corresponden con la parte norte del actual Marruecos. Limitaba al Este, con la Mauritania Cesarense (actual Argelia); y al Oeste, con el Océano Atlántico; si bien, el territorio varió a lo largo del Imperio Romano. Y tuvo por ciudades más importantes Tingis (Tánger), Volúbilis (antigua ciudad romana situada a 33 kms. de la ciudad marroquí de Mequinés) y Rusadir (Melilla). Después, continuó siendo española durante el reino visigodo, de cuyo reino cristiano siguió dependiendo dicha provincia española Tingitana, entonces incorporada a la Bética.