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jueves, 9 de marzo de 2017

RECUPERAR EL SERVICIO MILITAR



Por Alberto de Zunzunegui

jueves, 24 de marzo de 2016

DE ATENTADOS Y VALORES (Je suis Bruxelles)



"Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor". San Agustín

Una vez más todos somos víctimas del odio injustificado, de la sinrazón, de la violencia; del fanatismo religioso. La necedad del ser humano también estaba presente en los recientes atentados de Bruselas y junto a ella la indiferencia y la desidia ante los problemas ajenos, que en realidad también son los propios, aunque a veces nos lo tengan que recordar nuestros muertos y heridos.

La sociedad del bienestar lleva años con la mirada extraviada en el ombligo del superhombre y difundiendo la idea de que el estado moderno debe garantizar -sin paliativos- nuestra seguridad y proveernos de todo aquello que podamos necesitar, mientras se tiende a ignorar que vivir en sociedad implica responsabilidades y que tener derechos implica obligaciones recíprocas. Olvidando que la RESPONSABILIDAD es el precio ineludible que todo ser humano debe asumir por el mero hecho de vivir.

Y una de las primeras obligaciones de todo ciudadano europeo y occidental es la de defender aquello que ha costado la sangre de millones de vidas que nos precedieron y siglos de evolución moral, hasta poder construir una sociedad en donde la LIBERTAD, la DIGNIDAD y la JUSTICIA fueran los valores de referencia. Porque a pesar de sus imperfecciones, de nuestros defectos, del cinismo de algunos, de lo mucho que todavía queda por hacer para dotar de sentido pleno a esas palabras, o incluso de la necesidad de una RENOVACIÓN del modelo social actual y del propio ser humano a nivel individual, lo cierto es que en ningún otro lugar del planeta se protege más la vida y los derechos de las personas, ni existe un mayor nivel de solidaridad y conciencia universal, que en las sociedades inspiradas por la cultura occidental.

viernes, 4 de septiembre de 2015

CONCIENCIA SELECTIVA

Aylan Kurdi, fallecido el 2 de septiembre de 2015 a los tres años,
mientras trataba de escapar con su familia de la guerra de Siria.










"La justicia es conciencia, no una conciencia personal, sino la conciencia de toda la humanidad. Los que reconocen claramente la voz de su propia conciencia por lo general también reconocen la voz de la justicia".
Alexander Solzhenitsyn


CONCIENCIA SELECTIVA

La de quien sólo se conmueve ante una imagen pero es incapaz de imaginar otras realidades;
la del impasible mientras el drama permanece en la otra orilla;
la del indolente hasta que la muerte se acerca a nuestra puerta;
la de quien ignora el dolor ajeno, hasta que el dolor de los otros se convierte en vergüenza por lo propio;
la de los medios politizados y sometidos al pensamiento único del dinero;
la de los políticos que no ven más allá de su ombligo;
la de los que claman por la muerte de un toro, pero callan ante las masacres de seres humanos;
la de los que braman con pasión en un estadio, pero mantienen sellados sus labios ante la injusticia;
la de quien da cobijo al extraño, pero acosa y odia a su hermano;
la de quien reivindica su condición sexual pero ignora su condición humana;
la de quien justifica el delito o el crimen en función de la persona que lo comete;
la de quien calla, sabiendo que al hacerlo otorga;
la de quien se aferra a cualquier argumento con tal de evitar la responsabilidad y el compromiso que implica vivir... vivir desde nuestra condición humana.

Por Alberto de Zunzunegui

jueves, 28 de mayo de 2015

DEMOCRACIA: LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD

"La nota clave de la democracia como forma de vida puede ser expresada, a mi modo de ver, como la necesidad de la participación de todo ser humano adulto en la formación de los valores que regulan la vida de los hombres, tanto desde el punto de vista del bienestar social de todos como del completo desarrollo de los seres humanos como individuos". John Dewey

"El egoísmo que genera el sistema hace que los gobernantes antepongan su éxito personal a su responsabilidad social". Erich Fromm

"No puedes escapar de la responsabilidad de mañana evadiéndola hoy". Abraham Lincoln


El ejercicio de la DEMOCRACIA implica una importante RESPONSABILIDAD compartida, tanto en lo que se refiere a quienes ejercen el liderazgo desde los órganos de gobierno y las administraciones públicas, como en lo que respecta a los dirigentes de los partidos políticos y sin olvidar a los propios votantes, que son quienes en definitiva eligen a dichos líderes y les invisten del poder necesario para gobernar.

El hecho de que el liderazgo se llegue desempeñar cometiendo errores, de manera negligente o entre casos de corrupción, no justifica que se pueda votar CUALQUIER propuesta política con tal de menoscabar o desalojar al adversario.

Y es que votar una determinada opción política desde el rencor, el odio, la intención de revancha, el sectarismo, contra algo o contra alguien, es una IRRESPONSABILIDAD tan grande como ignorar las posibles consecuencias que ello puede acarrear y que detrás de algunas de esas alternativas hay ideologías absolutamente contrarias a los valores más elementales de cualquier sociedad democrática... con frecuencia incluso contrarias a los propios valores de quienes, de manera tan insensata, han votado esas opciones.

lunes, 23 de junio de 2014

SILENCIO ATROZ

El 14 de abril, en Chibok, al Norte de Nigeria, más de 200 niñas fueron secuestradas por un puñado de terroristas a la salida de la escuela. Sus captores las amenazaban con todas las penas del purgatorio si no les entregaban 40 vacas por cada una de ellas, y tuvimos que leer aterrados que no había, para esa secta terrorista, bien más preciado que una vaca, por tanto si no las recibían, las jóvenes no serían puestas en libertad.

Así, en una región perdida de la orilla negra de África, un renuevo del infierno que creíamos desaparecido, había vuelto de nuevo para dar otro golpe de mano al concepto de humanidad.

Durante los días siguientes, una marea de solidaridad pareció conmover los cimientos de nuestro planeta implorando o exigiendo, que tanto da, un átomo de piedad para las inocentes víctimas, proliferaron las fotos de sus familias; de las propias niñas; de personalidades de uno y otro lugar de la orilla blanca pidiendo su vuelta a casa, luego…silencio total.

jueves, 19 de junio de 2014

FELIPE VI: EL DISCURSO DEL REY











"Hoy, más que nunca, los ciudadanos demandan con toda la razón que los principios morales y éticos inspiren -y la ejemplaridad presida- nuestra vida pública. Y el Rey, a la cabeza del Estado, tiene que ser no sólo un referente sino también un servidor de esa justa y legítima exigencia de todos los ciudadanos".  Felipe de Borbón


Reconozco que hoy me he emocionado escuchando un gran discurso, propio de un Rey, de un verdadero Rey.

En medio del sectarismo que trata de dividir a los españoles, del sonido bronco de egoísmos e intereses particulares antepuestos al bien común, la mediocridad imperante en la clase política y el papanatismo que anega a una buena parte de nuestra sociedad, destaca un mensaje cargado de compromiso, responsabilidad y sentido del deber.

Un mensaje pronunciado desde la emotividad y la convicción, en donde la promesa no se centra en palabras vacías o alardes de imaginación con vocación electoralista, sino en la firme voluntad de llegar a hacerse merecedor de la confianza de los españoles y poder desempeñar la Jefatura del Estado con honor y dignidad.

Muchos de quienes defienden la república como modelo de estado deberían empezar por emitir mensajes en positivo, integradores, alejados de la lucha de clases y con la mirada puesta en el futuro y no con el odio alimentado por el pasado. Discursos como el que hemos podido escuchar hoy no sólo alientan a la esperanza ante el nuevo reinado y engrandecen el modelo de monarquía parlamentaria, sino que envilecen todavía más la habitual exhibición de exabruptos, guillotinas, hoces, martillos, estrellas o banderas republicanas, todos ellos símbolos directamente relacionados con la falta de democracia, la confrontación social, la privación de libertades y los atentados contra los derechos humanos más elementales, perpetrados por algunos de los regímenes más sangrientos que ha conocido la humanidad.

Por encima de errores cometidos por la monarquía en el pasado, convicciones políticas y preferencias de modelos de estado, e incluso de la testaruda realidad que marcan los últimos 40 años de nuestra historia, en donde la libertad y la prosperidad han sido protagonistas, hoy he podido escuchar un mensaje inspirado en el bien común, cargado de sensibilidad y en el que han cabido todos los españoles. Y mientras eso siga siendo así, difícilmente podré dejar de decir

¡VIVA ESPAÑA!
¡VIVA EL REY!

Por Alberto de Zunzunegui

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MENSAJE DE SU MAJESTAD EL REY EN SU PROCLAMACIÓN ANTE LAS CORTES GENERALES
Madrid, 19 de junio de 2014

Comparezco hoy ante Las Cortes Generales para pronunciar el juramento previsto en nuestra Constitución y ser proclamado Rey de España. Cumplido ese deber constitucional, quiero expresar el reconocimiento y el respeto de la Corona a estas Cámaras, depositarias de la soberanía nacional. Y permítanme que me dirija a sus señorías y desde aquí, en un día como hoy, al conjunto de los españoles.

Inicio mi reinado con una profunda emoción por el honor que supone asumir la Corona, consciente de la responsabilidad que comporta y con la mayor esperanza en el futuro de España.

Una nación forjada a lo largo de siglos de Historia por el trabajo compartido de millones de personas de todos los lugares de nuestro territorio y sin cuya participación no puede entenderse el curso de la Humanidad.

Una gran nación, Señorías, en la que creo, a la que quiero y a la que admiro; y a cuyo destino me he sentido unido toda mi vida, como Príncipe Heredero y -hoy ya- como Rey de España.

lunes, 21 de abril de 2014

ADOLFO SUÁREZ: EL HOMENAJE

"Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero".
Santa Teresa de Jesús

No creo que haya muchos españoles que, sin pertenecer al círculo personal del Presidente Suárez, hayan sentido más profundamente el calvario de dolores que comenzó a ser su vida, y la de los seres a los que amaba y le amaban, hace once años. Recé entre la esperanza y la rabiosa impotencia; lloré su presencia ausente a lo largo de todo el tiempo transcurrido; intenté seguir su ejemplo de honestidad y esfuerzo extremo allá donde mi actividad política me fue llevando, una vez extinguido nuestro proyecto, mientras echaba de menos aquella sonrisa conciliadora con la que limaba asperezas, aliviaba rencores y aunaba voluntades, haciendo parecer sencillo, lo que luego se ha demostrado que no sólo era difícil sino, hasta el momento,  imposible de repetir.

Cuando pensaba en la fatalidad de que, después de haber cumplido espléndidamente su tarea de reinventar la paz para esta España nuestra, se retirara del mundanal ruido anhelando recuperar su vida privada, hubiera disfrutado, conscientemente,  tan pocos años de su hermosa familia, herida ya del rayo; de la tranquilidad por la que empeñó sus noches y sus días; y de tantos años de progreso y recuperación que por él vivimos. Me consolaba recrear el amoroso cuidado con el que era atendido por los suyos y los innumerables momentos de amargura que la enfermedad le iba evitando, y no me causaba la menor extrañeza cuando oía decir a alguno de sus allegados que el Presidente recibía contento las frecuentes muestras de cariño que recibía en su día a día, y pasaba los meses y los años tranquilo, sereno y ausentemente feliz.

martes, 25 de febrero de 2014

411 ELM ST. DALLAS, TX 75202, EE.UU. (Alba y ocaso de un Presidente irrepetible)

"Cuando un político no ama el bien público ni se respeta a sí mismo, o cuando su respeto de sí mismo se limita a los beneficios del cargo, entonces el interés público está deficientemente servido. Pero cuando su respeto a sí mismo es tan alto que su propia autoestima le exige seguir el camino del valor y de la conciencia, todo será beneficioso. Así, en los próximos tiempos sólo el hombre verdaderamente valeroso podrá adoptar las difíciles decisiones necesarias para nuestra supervivencia en la lucha contra un poderoso enemigo: un enemigo con jefes que apenas necesitan preocuparse de la popularidad de sus acciones, que no tienen que pagar tributo a la opinión pública que ellos mismos manejan, y que pueden obligar a sus ciudadanos, sin miedo a represalias en las elecciones, a sacrificar el bienestar de hoy por la gloria futura." John Fitzgerald Kennedy, Perfiles de coraje" (1956)


EL ALBA

En la historia americana del pasado siglo, y el inicio del presente, tres son los acontecimientos cuya huella permanece imborrable en la memoria. El ataque de Pearl Harbour; el asesinato del Presidente Kennedy; y el atentado a las Torres Gemelas. No obstante, para mí, la muerte de JFK fue como un rayo inesperado en aquella mañana fría de mi juventud primera y sonriente, a la que le demostraron, sin piedad y por sorpresa, que la muerte podía clavar su aguijón en cualquier fruto, por más jugoso, floreciente y hermoso que se presentara a la vista, y ahora, que han terminado todos los eventos programados para 2013 en el cincuenta aniversario de su muerte, quiero recordar en someros trazos, y con toda la veracidad de que sea capaz, los inicios de aquella personalidad rabiosamente atractiva y prometedora, y el trágico final que, definitivamente y sin quererlo, cambió el rumbo de la historia del pasado siglo XX, con sólo tres balas asesinas.

lunes, 25 de noviembre de 2013

LA CULPA COLECTIVA DE LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA

“Se encontraron las tinieblas
y fueron a tientas al mediodía
como si fuese de noche”
Job, V, 14.


En la España que ve asomarse con temor el final del año 2011 nadie parece ser capaz, o no quiere, juzgarse a sí mismo o a sus conciudadanos de acuerdo con criterios morales, y ello a pesar de que en lenguaje imperante de la corrección política, compartido por empresas, instituciones públicas y partidos, no deja de apelarse constantemente a los códigos éticos y de buenas prácticas de todo tipo, unos códigos de los que todo el mundo habla y en los que parece que nadie en realidad cree.

Y es que, en realidad, parece ser un sentimiento socialmente compartido que todo el mundo actúa persiguiendo sus propios intereses en un juego en el todo puede llegar a valer como estrategia, en el que todo se puede manipular a la hora de hablar para justificar cualquier postura, y en el que parecen haber desaparecido los hechos, puesto que, en nombre de unos principios supuestamente democráticos, se sostiene la idea de que todo el mundo tiene derecho a opinar lo que quiera de todo lo que desee, porque todas las opinones son sagradas e igual de respetables, no existiendo en realidad los hechos, ya que todo puede interpretarse de mil maneras distintas. No deja de ser curioso que, en un país en el que los medios de comunicación son cada vez menos libres y están cada vez mas condicionados por los intereses económicos y la sumisión a los poderes políticos, se quiera dar la impresión de que todo el mundo tiene acceso a una esfera de la opinión que en realidad ha dejado ya de existir, asfixiada por los lemas vacíos de los partidos políticos, los sofismas baratos de decenas de tertulianos y supuestos analistas que copan con éxito todos los medios de comunicación, dejando la verdad, la realidad y los hechos ocultos bajo la espesa capa del silencio.

miércoles, 30 de octubre de 2013

LA CONSTRUCCIÓN DE LA PERSONA Y LA CRISIS SOCIAL

Vivimos actualmente la crisis más grave que haya conocido la Humanidad. Son los tiempos oscuros del Kali-Yuga, la era tenebrosa que cierra todo un ciclo histórico y cósmico. Estamos ante una sociedad enferma, afectada por una incurable dolencia que se encuentra ya en su fase terminal.

El mundo, y en especial el mundo occidental, se halla hoy sumido en un proceso de hundimiento y decadencia que viene caracterizado por los siguientes rasgos: caos y desorden, anarquía (sobre todo en las mentes y las conciencias), desmadre y desbarajuste total, confusión y desorientación, inmoralidad y corrupción, desintegración y disgregación, descomposición, inestabilidad y desequilibrio (en todos los órdenes: tanto a nivel social como en la vida psicológica individual), ignorancia, ceguera espiritual, materialización y degradación de la vida, descenso del nivel intelectual y eclipse de la inteligencia, estupidez e idiotización generalizadas, demencia colectiva, ascenso de la vulgaridad y la banalidad. Por doquier se observa un fenómeno sísmico de ruina, destrucción, socavación y subversión, en el cual queda arrumbado y corroído todo aquello que da nobleza y dignidad al ser humano, todo cuanto hace la vida digna de ser vivida, mientras irrumpen fuerzas abisales que se recrean y complacen en esa oleada destructiva, amenazándonos con las peores catástrofes que haya podido imaginar la mente humana.

La crisis no es sólo económica, política o social, aunque esto sea lo más evidente a primera vista, lo que más llama la atención y de lo que se habla a todas horas en la prensa, en los telediarios y en las tertulias. La grave crisis que padecemos tiene raíces mucho más profundas de lo que solemos pensar. Es ante todo una crisis espiritual, una crisis humana, con hondas consecuencias intelectuales y morales. Es una crisis del hombre, que se halla desintegrado, angustiado, aplastado, hastiado, cansado de vivir, sin saber adónde ir ni qué hacer.

miércoles, 9 de octubre de 2013

SANCIONES, IMPUESTOS Y EL USO PERVERSO DE LA LEY

"Su madre tenía una especie de nobleza sólo por el hecho de regirse por normas privadas. Los sentimientos de ella eran realmente suyos y no los que el estado le mandaba tener". George Orwell, "1984"

De unos años a esta parte, nuestra sociedad ha degenerado en un sistema de extracción intensiva, en donde las diferentes administraciones se dedican a exprimir sin compasión los bolsillos de los ciudadanos. Unas administraciones ineficientes, mayoritariamente hipertrofiadas, en ocasiones duplicadas y generalmente mal gestionadas, a consecuencia de haber puesto muchas de ellas en manos de personas irresponsables, indignas y en no pocos casos también corruptas.

Y es que en realidad, el principal objeto de todo ese desmesurado afán recaudatorio no es otro que el de disimular, tapar, reparar y mantener los continuos despropósitos en los que incurren quienes las dirigen, a la vez que ello les permite conservar un puesto de trabajo que pocas veces merecen, para el que normalmente no están capacitados y por el que frecuentemente perciben una remuneración económica excesiva e improcedente.

Para llevar a cabo la extracción y conservar el tinglado que tienen montado, no sólo ya no se conforman con haber elevado las tasas impositivas hasta niveles insostenibles para la mayoría de los ciudadanos, sino que, siendo ello insuficiente para sufragar sus despropósitos, se dedican a promover un sistema de extracción paralelo o complementario, en base al incremento irracional y desmesurado de las sanciones administrativas.

domingo, 19 de mayo de 2013

MOHANDAS KARAMCHAND GANDHI

"En la actualidad la gente sólo se preocupa por sus derechos. Recordarle que también tiene deberes y responsabilidades es un acto de valor que no corresponde exclusivamente a los políticos". 
Mahatma Gandhi

MOHANDAS KARAMCHAND GANDHI (1869-1948)

El rechazo del sistema de educación colonial, que la administración británica había establecido a comienzos del siglo XIX en la India, fue una importante característica del fermento intelectual creado por la lucha de liberación. Muchas personalidades indias, entre las que se contaban dirigentes políticos, reformadores sociales y literatos, dieron expresión a ese rechazo. Pero nadie rechazó la educación colonial de modo tan radical y absoluto como Gandhi, ni nadie propuso una alternativa tan extrema como la suya. La crítica de la educación colonial por parte de Gandhi se inserta en su crítica global de la civilización occidental. La colonización, incluido su programa educativo, era para Gandhi la negación de la verdad y de la no violencia, los dos valores para él supremos. El hecho de que los hombres de Occidente hubieran derrochado “toda su energía, su industria y su ingenio en saquear y destruir a otras razas” era prueba suficiente para Gandhi de que la civilización occidental era “un caos lamentable” (2). Por consiguiente, para él no era posible que esa civilización fuera un símbolo del “progreso”, ni nada digno de imitación y transplante en la India.

Sería erróneo interpretar la reacción de Gandhi a la educación colonial como un sentimiento de xenofobia. Igualmente erróneo sería verla como un síntoma de un sutil dogma “revivalista”. Si fuera posible leer el plan de “educación básica” de Gandhi como un texto anónimo de la historia de la educación en el mundo, habría que clasificarlo en la tradición de los humanistas progresistas de Occidente como Pestalozzi, Owen, Tolstoy y Dewey. Ello no nos permite considerarlo en el contexto de la dicotomía civilizadora de Oriente-Occidente de que Gandhi habló en algunos de sus escritos. Y sin embargo, subsiste el hecho de que Gandhi quería que la educación, reinterpretada con arreglo a los criterios que estimaba correctos, ayudase a la India a apartarse del concepto occidental del progreso, hacia una forma distinta de desarrollo a su juicio más adecuada a sus necesidades y más viable -para todo el mundo- que el modelo occidental de desarrollo.

miércoles, 15 de mayo de 2013

SOBRE LA INUTILIDAD DE LOS ANCIANOS

Había una vez, hace muchos, muchos años, un lejano reino que estaba pasando por momentos de dificultad. Durante muchos años la corona se había preocupado por todos sus súbditos, ayudándoles y supliendo sus carencias, llegando donde ellos no llegaban. Pero las arcas del monarca se estaban quedando vacías, comenzaban a estar pobladas por telarañas… Así que el joven consejero del rey, un auténtico genio de los números, mostró al jerarca unos cálculos en los que demostraba que los ancianos suponían un gasto terrible y que, sin embargo, sus limitaciones físicas les impedían aportar ingresos comparables a través del trabajo.

- Debemos deshacernos de los ancianos, majestad- dijo en el frío tono de aquél que no esntiende más que de números y estadísticas-. Nos aportan menos de lo que nos cuestan. Sin ellos, podremos soportar durante más tiempo esta época de necesidad, hasta que lleguen tiempos mejores.

- ¿Quieres decir?-le preguntó el rey-. ¿No habrá otra solución? Yo ya no tengo padre, pero pedir a mis súbditos que se deshagan de ellos no va a ser fácil.

-Apele a su egoísmo, sire. Dígales que, sin los ancianos, los jóvenes podrán vivir mejor, más libres, sin tantas obligaciones… Y disponiendo de muchos más recursos…  Le escucharán, ya lo verá… Además, vos sois el rey… No deis opción, dad la orden si queréis salvar vuestro trono.

Salvar el trono, la corona sobre su cabeza, las monedas de sus arcas… Eso sí que caló en el alma del soberano, y ordenó que se desterrara a todos los ancianos de su reino.  Algunos jóvenes lloraron al separarse de sus padres, otros suspiraron aliviados al deshacerse de aquellos que les habían criado pero que ahora requerían de sus cuidados… Sólo un soldado, Senectus, hizo algo a lo que nadie más se atrevió porque estaba castigado con la tortura y posterior ejecución: ocultó a su anciano y enfermo padre en el desván de su casa, en un cuarto secreto, y siguió ofreciéndole sus cuidados y brindándole su afecto… Cuidando, eso sí, de que nadie se percatara de su presencia.

domingo, 12 de mayo de 2013

EL LIDERAZGO: ¿CÓMO SER UN BUEN LÍDER?

"Allí donde el mando es codiciado y disputado no puede haber buen gobierno ni reinará la concordia". Platón

Pocas épocas tan necesitadas de buenos líderes como esta en la que actualmente vivimos, agitada por una grave crisis y sacudida por acuciantes problemas de todo orden. Pero pocas también tan ayunas de liderazgo auténtico, tan escasas de dirigentes como Dios manda. No se puede decir precisamente que los buenos líderes, los auténticos dirigentes, abunden en nuestros días, aunque haya tantos que aspiren a ser tal cosa o pretendan ser jefes carismáticos. Poco propicios parecen los tiempos que corren para la figura ejemplar, noble, ética, heroica, del conductor de hombres.

Hoy día todo el mundo quiere ser jefe de algo, detentar alguna parcela de poder, liderar lo que sea, como sea y para lo que sea; sobre todo, claro está, para enriquecerse, presumir y sentirse importante, en una palabra, para satisfacer su ego. Hasta el último mono se cree un líder nato, facultado para asumir un cargo directivo, conducir masas, ponerse al frente de un partido político, dirigir grandes empresas o montar una revolución. Pocos son, sin embargo, los que se plantean en serio si reúnen las condiciones para desempeñar el duro y difícil oficio de líder, y menos aún los que están dispuestos a imponerse la disciplina requerida para la conquista de las cualidades exigidas para ello. Cualquiera se cree legitimado para dirigir, sin más requisitos que su apetencia y deseo de hacerlo. Todos quieren ser líderes, pero nadie está dispuesto a hacer el esfuerzo que la función de liderazgo requiere.

Una constatación se impone con palmaria evidencia: las pretensiones al liderazgo proliferan justo en proporción inversa a las dotes para dirigir, a las virtudes que cualifican para el mando. Cuanto menos capacitado está uno para mandar o dirigir, con mayor vehemencia proclama su derecho a hacerlo; cuanto más indigno se muestra un individuo de ocupar un puesto dirigente, más se obstina en conseguirlo o en mantenerse en él. Es la ambición de poder lo que motiva ese frenesí por mandar; pero, de hecho, y esta es otra constatación cotidiana, a medida que el afán de poder aumenta en alguien, disminuye su capacidad de liderazgo.

Pero, a todo esto, ¿qué se necesita para ser un buen líder?, ¿cuándo se puede decir que nos encontramos ante un liderazgo bien ejercido o ante un individuo que responde al modelo del líder nato, del dirigente perfecto?

viernes, 15 de marzo de 2013

LORCA EN EL RECUERDO

Han pasado casi dos años desde aquél once de mayo en el que la tierra tembló y volvió a temblar bajo los pies de los lorquinos; desde que nueve de sus vecinos perdieran la vida; desde que las gentes, con el terror en la mirada, deambularan con sus maletas por las calles durante el día y durmieran en sus vehículos, o en el refugio habilitado para ello, por temor de que sus casas se vinieran abajo; desde que los niños dejaran de tener escuela; desde que las estructuras mostraran serios daños; desde que la preciosa botica del palacio de Guevara oyera, a más de su famoso fantasma de medianoche, el temido vaivén de sus preciosos tarros en peligro de muerte; desde que el perfil de uno de los cascos históricos señeros del barroco español, viera borrarse de un plumazo todo un conjunto de nobles casas solariegas, reducidas a fachadas fantasmagóricas; desde que las puertas y ventanas de muchas de ellas solo permitieran el acceso a los escombros… a la nada.

En los primeros momentos había que salvar vidas antes que haciendas, había que restaurar el espíritu y la carne antes que la piedra y el patrimonio, por lo que sin pérdida de tiempo, más de cuatrocientos soldados entre la Unidad de Emergencias y el Ejército de tierra acudieron en socorro, trasladando heridos, habilitando alojamientos, acordonando edificios, cumpliendo, en fin, con su deber más allá de lo exigible, mientras que distintas ONGS restañaban los ánimos, secaban lágrimas y cuidaban de que los pequeños volvieran tímidamente a sonreír. Más tarde comenzó la recuperación de esta ciudad hermosa por sus cuatro costados, que presentaba, por vez primera desde los bombardeos de la contienda fratricida del 36, una imagen dañada, agrietada y herida hasta donde la vista alcanzaba.