jueves, 4 de agosto de 2011

CAPITALISMO HUMANISTA

"Los primeros reyes fueron los mejores emitiendo juicios, porque hacían de los principios morales el punto de partida para todas sus empresas y la base de todo lo que era beneficioso. Sin embargo, este principio es algo que las personas de inteligencia media nunca respetan. Al no respetarlo, carecen de conciencia, y al carecer de conciencia, persiguen el beneficio. Pero, mientras persiguen el beneficio, les es absolutamente imposible tener la certeza de alcanzarlo". Lü Buwei (291 - 235 a.C.)


Hace unos meses, mientras participaba en el I FORO DE LIDERAZGO EMPRESARIAL Y HUMANISMO, celebrado en el incomparable marco de Santo Domingo de Silos, un conocido compañero de mesa nos habló en su ponencia sobre el Capitalismo Humanista. Aquellas palabras captaron inmediatamente mi atención, pues me pareció que se estaba abordando -por fin- uno de los retos más difíciles que nuestra civilización tiene todavía por resolver, especialmente si quiere sobrevivir a sí misma. 

Sin embargo, a medida que se iba desarrollando la intervención y se iba profundizando en los planteamientos que daban lugar al término, no pude evitar una cierta desazón, pues me daba la sensación de que aquello no formaba parte sino de una magnífica y brillante estrategia diseñada para contribuir, seguramente de forma eficaz, a alcanzar ese objetivo unívoco que ha prevalecido en el mundo empresarial hasta el momento actual, que no es sino el que esta más directamente relacionado con la maximización del beneficio -con el qué voy a obtener-, que con una verdadera intención de contribuir en algún sentido a humanizar nuestra sociedad, de manera profunda, efectiva y duradera. 

Por descontado, es muy posible que aún así cualquier paso dado en esa dirección pueda ser positivo, o al menos, la sensación que le queda a uno, es que las condiciones del entorno han comenzado a cambiar y ya se empieza a exigir que las empresas -sobre todo las grandes empresas- devuelvan a la sociedad una parte de lo que obtienen de ella, en base a la denominada responsabilidad social corporativa. 

En general nadie duda sobre la bondad o la utilidad de los programas y auditorias implementados, o respecto de las diferentes fundaciones y los numerosos programas sociales que de ellas se derivan, pero aún así, a lo que realmente deberíamos llegar como sociedad, es a una revisión de la filosofía de la empresa y sus últimos objetivos, que ante todo deberían orientarse hacia una clara vocación de servicio -de qué forma contribuyo- y como consecuencia de ello, derivarse un determinado beneficio económico para el empresario o los accionistas. La máxima de que “el objetivo de la empresa es ganar dinero” resulta tremendamente obsoleta, anacrónica e insolidaria, en un mundo que pretende ser más justo, más equilibrado y sobre todo, realmente y necesariamente, sostenible. La empresa, cualquier empresa, debería contribuir en todo momento al mantenimiento, la evolución y la sostenibilidad de la sociedad y como consecuencia o a cambio de ello, recibir una justa compensación y a la vez tratar de que la misma sea razonable y en la medida suficiente, de forma que haga viable el proyecto empresarial, que también debería ser sostenible. 

Por desgracia, creo que aún nos queda mucho camino por recorrer para llegar a un verdadero "Capitalismo Humanista"... si es que ambos términos pudieran llegar un día a conciliarse. Entre otras cosas, todavía tenemos pendiente revisar los valores, las motivaciones y los principios sobre los que estamos construyendo nuestra sociedad y mientras no hayamos resuelto ese proceso, difícilmente podremos pensar que nuestras empresas responderán a nada más que no sea una maximización de lo propio, o que lo propio responda a algo más que no sea la obtención de beneficios económicos. 

Para generar interés por lo ajeno, para pensar en dar antes que recibir, para asumir responsabilidades antes que exigir derechos, para que la generosidad prevalezca sobre el egoísmo, o para que la rentabilidad de una empresa se mida en algo más que en números y contribuya verdaderamente a la sostenibilidad de nuestra sociedad y nuestro planeta, debemos primero construir un mundo en donde el dinero no sea un fin en si mismo, ni el objeto sobre el cuál hacemos girar la mayor parte de nuestra existencia. Al fin y al cabo, las empresas no son sino un fiel reflejo de lo que somos y de aquello que anhelamos por encima de todo.

Por Alberto de Zunzunegui

2 comentarios:

vicente llaneza dijo...

Hola ALberto,
me alegra conocerte.
Un reconocido en este mundillo me llevaba a llamarme "economista humanista", y suena bien, verdad que sí.
Me ha gustado leerte. El hecho de que la ponencia que escuchaste no fuera por donde "humanismo y valores" apunta es quizás por el perfil de los ponentes del foro. Esa es mi impresión viendo el programa del foro 2013.
Mucho ánimo y a seguir impulsando valores. Yo creo que, o sí, o sí, vienen a prisa estos VALORES.
Un saludo, y me gustaría saber si en 2014 tenéis foro, gracias

Humanitum Iratus dijo...

Estimado Vicente,

Muchas gracias por leernos, por el comentario y por tu interés en la labor que tratamos de llevar a cabo; siempre es gratificante recibir comentarios de apoyo y sobre todo, ayuda a seguir trabajando por aquello en lo que creemos.

Ojalá hubiera más "economistas humanistas": sin duda es el mejor elogio que se le puede hacer a todas aquellas personas que se dedican a ello, pues realmente poco sentido tendría -y de hecho tiene- una economía que atente contra la esencia del ser humano... Sólo por definición, ese modelo de economía debería ser calificado de "antieconómico", como a la larga parece demostrarse en todos aquellos modelos sin la adecuada base ética. Y en este sentido me refiero no sólo a la ética del deber, o de los medios, sino muy particularmente a la ética de la responsabilidad, o de los fines, con frecuencia relegada a un segundo plano, cuando no olvidada.

Este año volvemos a tener foro, en la que será ya su 4ª edición. En concreto tendrá lugar en Madrid el próximo 21 de marzo, en la CASA MUSEO FUENTE DEL REY, de la Fundación AMYC (C/. Fuente del Rey, 11 28023 ARAVACA). Para mayor información e inscripciones puedes contactar con ALITER (tel. 91 561 48 80).

También puedes consultar el programa completo en en el siguiente enlace:

https://dl.dropboxusercontent.com/u/57929278/IV%20Foro%20Liderazgo%20y%20Humanismo.pdf

En esta ocasión también tendré la oportunidad de intervenir como ponente, para hablar de “Regeneración integral para un cambio de modelo social”, en donde una vez más trataré de llamar la atención sobre el trascendental problema de los valores humanos y la necesidad de cambiar -mejorar- en lo personal, como paso previo a la construcción o reforma de cualquier modelo social o económico.

Recibe un afectuoso saludo y si asistes al foro será un placer poder saludarte y agradecerte el apoyo en persona.

Alberto