Hace ya algunos años, cayó en mis manos un libro realmente magnifico, que como por arte de magia volvió a aparecer una década después y procedí a su relectura. La Nueva Mística Empresarial, un libro visionario, con planteamientos serios y profundos sobre lo que serían los nuevos líderes empresariales del siglo XXI, aportando una perspectiva provocadora pero basada en una dilatada experiencia de sus autores. La realidad actual nos traslada a un escenario muy distinto al que se proponía por los autores, pero no por ello, desde mi punto de vista, dejan de tener sentido sus planteamientos y reflexiones. Más bien todo lo contrario.
El trabajo puede proporcionar la oportunidad de crecer, no sólo en lo económico, sino también espiritual y personal. En caso contrario, con él estaremos perdiendo una parte demasiado importante de nuestra vida. James Autry.
Desde esta perspectiva y una seria reflexión interior sobre lo que somos y lo que queremos ser, se plantea un ejercicio de autenticidad personal, y no perder la conexión espiritual que mantenemos en la juventud. Manteniendo los valores básicos intactos y luchando por aquello que realmente nos hace felices.
A lo largo de los años, vamos desarrollando nuestra carrera profesional de distintas maneras. Algunos, acomodándose a las distintas situaciones en las que se van encontrando en su desarrollo, otros lidiando con fusiones, adquisiciones y ventas, otros a través de headhunters pasando de una compañía a otra sin dejar huella, y algunos otros simplemente por motivación y mejora económica y social. Pero pocos, muy pocos, siguen la línea trazada desde la visión y proyección que tenían a la finalización de sus estudios, desde una autentica vocación y visión humanistica. Y esto define de alguna manera a los líderes y dirigentes de las organizaciones y empresas de la actualidad.
A veces pienso, y me afianzo cada vez más en ello, en que nos encontramos en un momento de necesidad de llevar a cabo un profundo cambio del modelo económico y social. Esta crisis global, que venía anunciada desde hace más de una década y que fue camuflada como buenamente se pudo por los distintos agentes, postergando su afloramiento hasta el 2007, requiere de una salida más compleja y seria que el mero reajuste financiero. No puede seguir basandose en el viejo principio del crecimiento, ya que este, sin sostenibilidad es inviable. Por ello, es necesario que se produzcan transformaciones y cambios profundos en la sociedad, de lo contrario habremos puesto un nuevo parche, que volverá a reventar en poco tiempo y quizás de forma mucho más violenta.
Transformaciones y cambios profundos, que deben venir en primer lugar desde las personas, los líderes, empresarios, emprendedores, empleados, en definitiva, los ciudadanos, con una nueva ética, espíritu social, integridad y respeto. Definiendo un nuevo paradigma de sostenibilidad en todos y cada uno de los aspectos del desarrollo.
Pero en lo que respecta al mundo empresarial, objeto principal de este articulo, el cambio debe ser mucho más profundo aún y de forma muy particular en nuestro país.
Nos encontramos en un momento en el que están desapareciendo muchos pequeños negocios, pequeñas empresas, autónomos, en definitiva, se sigue destruyendo empleo en los pilares básicos de nuestra sociedad. Y no podemos pensar, en simplemente relanzar estas empresas o negocios, hay que hacerlo de una manera diferente, más sólida, más innovadora y con visión clara y definida de futuro. De lo contrario, volveremos a caer en nuevos envites. Esta crisis está golpeando el sector de las pymes en nuestro país de una manera muy superior al resto de Europa y eso nos debe llevar a una reflexión más profunda.
A lo largo de mi dilatada vida profesional, he tenido la oportunidad de conocer y trabajar con todo tipo de personas, empleados, jefes, directores, políticos y desgraciadamente he encontrado con muy pocos líderes misticos. Y por supuesto, no tuve la oportunidad de encontrarme en el camino a ningún Visionario Místico. O quizás sí, un viejo profesor Hindú, asesor de los expresidentes Clinton y Gorbachov, con el que tuve la oportunidad de compartir un té y escuchar su visión del mundo a lo largo de una dilatada noche en el Escorial. Era una persona sabia y mística.
Volviendo al hilo de la cuestión, si hacemos una breve reflexión de cuáles serían los valores o características que más valoraríamos en un emprendedor o empresario místico, seguro que identificaríamos de común acuerdo, entre otros: integridad, honestidad, justicia, autoconocimiento, contribución social, espiritualidad, saber extraer lo mejor de uno mismo, abierto al cambio permanente, sentido del humor, visión global, concentración, autodisciplina, equilibrio, intuición.
Y si ahora miramos a nuestro alrededor e intentamos identificar alguna persona conocida que cumpla al menos con, digamos, el 50% de estas características?. El panorama es desolador y la transformación necesaria será larga pero urgente y necesaria.
El cambio es necesario ya. Hay que impulsar desde los distintos ámbitos profesionales, docentes y empresariales un nuevo espíritu emprendedor que cale profundamente en la sociedad, entendiendo que es la única vía de desarrollo y avance para la creación de empleo estable y con futuro. Hacer llegar e inculcar estos nuevos valores de integridad, honestidad, justicia, etc…en la juventud, ilusionarles y potenciarles para sacar lo mejor de ellos y facilitarles al acceso al conocimiento y desarrollo empresarial. Emprendiendo proyectos innovadores y sostenibles que permitan la generación de empleo cualificado y alto valor, competitivo a nivel internacional.
Continuará…
Buenos días y buena suerte.
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